jueves, 27 de octubre de 2016

RESISTENCIA DEL PUEBLO HONDUREÑO A LA MINERIA
IMPACTO DE LAS POLITICAS MINERAS EN LOS DERECHOS HUMANOS


ANGÉLICA ROCÍO RODRÍGUEZ MONROY
ESPECIALIZACIÓN EN PEDAGOGIA DE LOS DERECHOS HUMANOS
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA


Resumen
Da cuenta de un trabajo de investigación de la especialización en pedagogía de los derechos humanos, de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, con el fin de analizar la vulneración de los derechos humanos en Honduras a manos de las grandes mineras canadienses en los pueblos indígenas y afrodescendientes. El método que se aplicó a la investigación fue el crítico e interpretativo, observando el informe de la audiencia de minería en Latino América, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, D.C. Así mismo se estudió el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “Situación de Derechos Humanos en Honduras” de la organización de los Estados Americanos, del 31 de diciembre de 2015. Se puede encontrar gran cantidad de artículos de revistas y paginas como la de “noalamina”, y el Centro hondureño para el desarrollo comunitario, quienes luchan y se resisten a la perdida de tierras ancestrales que traen consigo desarraigo, desplazamiento, muerte y delincuencia.

Palabras claves: Derechos Humanos, indígenas, afrodescendientes, minería, políticas públicas, desapariciones, desplazamiento.

Abstract
Da has of a work of research of the specialization in pedagogy of them rights human, of the University pedagogical and technological of Colombia, to analyze the infringement of them rights human in Honduras to hands of them large mining Canadian in them peoples indigenous and Afro-descendant. He method that is applied to the research was the critical and interpretive, noting the report of the audience of mining in Latin America, of it Commission inter-American of rights human in Washington, D.C. Likewise is studied the report of the Commission inter-American of rights human "situation of rights human in Honduras" of the Organization of the States American, of the 31 of December of 2015. Large number of journal articles can be found and pages as "noalamina", and the Honduran Center for community development, those who fight and resist the loss of ancestral lands that bring get uprooting, displacement, death and crime.

Key words: human rights, indigenous, Afro-descendent, mining, public policies, disappearances, displacement.

Con el ejercicio del análisis crítico se hace indispensable hoy en día que se aborden reflexiones pertinentes respecto a desentrañar las principales problemáticas que actualmente afectan de manera grave al pueblo de Honduras con respecto a la violación de sus derechos humanos debido a la explotación minera en tierras de los indígenas y afrodecendientes, para que se propongan e implementen estrategias o modelos que contribuyan a su empoderamiento[1], teniendo presente que existe un sinnúmero de amenazas que la afectan directamente, expresadas principalmente a través de la apropiación de prácticas, como la violencia, la amenaza, la corrupción, la despropiación, el desplazamiento, la represión en la participación ciudadana y la politiquería, entre otras, ocasionando con ello un gran efecto negativo en los sistemas comunitarios en los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales, al generar división, desarraigo y romper su tejido comunitario.

Por esta razón, el trabajo en referencia tuvo el propósito de indagar e interpretar críticamente el estado actual de algunas de las comunidades indígenas que están siendo vulneradas, a partir de las denuncias de los líderes de estas comunidades, para analizar las propuestas que han hecho organizaciones de derechos humanos para que las comunidades permanezcan en sus tierras y puedan vivir dignamente. Desde esta perspectiva, se sustentará en este trabajo que uno de los elementos que contribuyen con el proceso de empoderamiento de sus derechos humanos es a través de la resistencia civil a las pretensiones de las empresas mineras de explotar los recursos naturales a costa de la vida y de la salvaguardia del medio ambiente.

Hay que resaltar que el origen de la minería en Honduras tiene sus bases en el Estado liberal y el desarrollo del capitalismo en la región de Centroamérica, es así como en un contexto histórico social la minería aparece en 1530-60 con la extracción de oro de manera manual y luego en Tegucigalpa dando origen así a la industria minera[2] que en esta época actuó como centro de vida económica colonial. “Para los años 1888-1889 la producción minera integrada fundamentalmente por plata, broza mineral y oro representa alrededor el 55% de las exportaciones nacionales de acuerdo a los datos del Primer Anuario Estadístico del padre Vallejo”[3]

Pero lo que parecía progreso para todo el país hoy en día se ha convertido en un arma que atenta contra el medio ambiente y derechos fundamentales de las comunidades que habitan los sectores donde las empresas de minería están explotando y quieren extenderse. Medios de comunicación como la revista Conexihon han denunciado las concesiones otorgadas a las empresas mineras, así como las reformas a la legislación penal para criminalizar la protesta de estas comunidades indígenas, quienes no solo han sido reprimidas sino que además se les ha quitado la vida a luchadoras como Berta Cáceres y Margarita Murillo, asesinadas en el marco de la lucha por la defensa del derecho a la tierra y los bienes de la naturaleza y cuyos casos están en la impunidad. Sobre este punto, esta revista afirma que se debe terminar con la criminalización de la protesta social, condenar la persecución abierta contra el campesinado, los docentes, obreros y con los estudiantes. El pueblo hondureño se ha unido para pedir que se pare la represión contra los campesinos y que se liberen a quienes están presos por la defensa de la tierra.

Por otra la Comisión Interamericana  de Derechos humanos ha visitado y recogido gran cantidad de testimonios de los pueblos indígenas y afrodescendientes que son víctimas de violencia. La CIDH ha manifestado su preocupación debido a los desafíos que enfrentan los pueblos indígenas y afrodescendientes vinculados principalmente a:
1.    La grave inseguridad y violencia derivadas de la imposición de planes y proyectos de desarrollo e inversión y de concesiones extractivas de recursos naturales en sus territorios ancestrales.

2.    Los desalojos forzosos a través del uso excesivo de la fuerza.

3.    La persecución y criminalización de líderes indígenas por motivos vinculados a la defensa de sus territorios ancestrales.

La violencia contra los pueblos indígenas surge en gran medida de la lucha por la tierra y el territorio que se agudiza por las condiciones de desigualdad y discriminación en las que estos grupos se encuentran y las constantes barreras que enfrentan en su acceso a la justicia. Estos  actos de violencia y amenazas de muerte a líderes indígenas y afrodescendientes, en particular aquellos que defienden sus territorios y recursos naturales se da en el contexto de desarrollo de megaproyectos, sin la consulta previa e informada con el objetivo de obtener el consentimiento de estas comunidades. Muchos de los ataques perpetrados en contra de la vida e integridad personal de líderes y defensores indígenas tienen la intencionalidad de reducir las actividades de defensa y protección de territorios y recursos naturales, así como la defensa del derecho a la autonomía e identidad cultural.

Según la CIDH, las agresiones, ataques y hostigamientos en contra de los dirigentes, por un lado alteran gravemente la integridad cultural, y por otro también pueden contribuir al rompimiento de la unión de la comunidad en torno a la defensa de sus derechos. Entre algunas de las comunidades donde se dan casos de vulneración de los que la CIDH ha tenido conocimiento se encuentra la situación del pueblo Tolupan, en cuyo territorio ancestral se vienen desarrollando diversos proyectos de explotación minera sin consulta a sus habitantes.

En el pueblo de Tolupan ya han sido asesinados varios líderes por la lucha de la defensa de los bienes naturales de su comunidad. se les ha tenido que dar medidas cautelares a favor de los integrantes del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia (MADJ) y sus familias, debido a las amenazas, hostigamientos y hechos de violencia, de los que son víctimas en razón de su labor por la defensa de los recursos naturales de los pueblos indígenas en esta zona. A pesar de haberles dado inmunidad y que estas medidas cautelares se encuentran vigentes, la violencia contra esta comunidad y en contra de los beneficiarios de estas medidas aún se encuentran bajo amenaza y en estado de vulnerabilidad.

En Honduras, el pueblo civil le ha indicado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que existen alrededor de unas 98 concesiones mineras en los departamentos de Lempira y Santa Bárbara, y que por temor a ser víctimas de violencia y como consecuencia de las  múltiples amenazas recibidas por su labor al oponerse  a los diversos proyectos mineros, algunos dirigentes y líderes indígenas habrían tenido que abandonar sus comunidades.

A continuación se citaran textualmente los tipos de problemas que llevan a las comunidades indígenas y afrodescendientes al marginamiento y racismo con que actúa el estado hondureño frente a estos pueblos originarios, identificados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Los problemas que se identificaron son los siguientes:

1.    Falta de voluntad política de los Estados para dar cumplimiento justo a las sentencias de la Corte Interamericana y recomendaciones de la CIDH.

2.    No existe en ningún país de Centroamérica, una ley de reparación integral de las víctimas.

3.    Ausencia de una estructura de planificación nacional de investigaciones, a nivel general y en niveles específicos, en los casos de graves violaciones a Derechos Humanos.

4.    Acciones insuficientes para la defensa y promoción de los derechos humanos y la memoria histórica.

5.    Falta de sensibilización de operadores del sistema de justicia con el tema de graves violaciones de los derechos humanos.

6.    Falta de empoderamiento ciudadano.

7.    El trabajo estatal se ve fragmentado y limitado en las capacidades aisladas de las instituciones, reduciendo la eficacia en la reparación.[4]

Así mismo, se puede observar en el informe de la audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos humanos sobre las personas afectadas por la minería que tiene los siguientes componentes: “afectaciones ambientales, amenazas y muerte de personas, desplazamiento forzado e involuntario de poblaciones; afectaciones a la propiedad y territorios comunales; afectaciones económicas, sociales y culturales y afectaciones a otros derecho”[5]

En cuanto a las afectaciones ambientales estas comunidades reclaman su derecho a un medio ambiente limpio y libre de productos químicos que contaminan sus cuencas hidrográficas y suelos. Además sus territorios sostienen su economía y alimentación comunitaria y regional, por lo que los proyectos mineros también amenazan gravemente dicha forma de vida, generando una contaminación irreversible en su medio ambiente.

En cuanto al desplazamiento forzado e involuntario de las comunidades indígenas y afrodescendientes que son planeados y oficiados, ante los Estados, por las empresas mineras para lograr la efectividad de sus proyectos, rechazan el uso de la violencia y muerte que genera desarraigo social, familiar, cultural; alteración de los proyectos de vida personal y colectivos, y de la memoria histórica y colectiva de las poblaciones.

En cuanto a las afectaciones económicas, sociales y culturales se evidencia alteración de las práctica social de las personas de estas comunidades debido al aumento de niveles de alcoholismo, drogadicción, delincuencia, prostitución, perturbación de la tranquilidad, violencia familiar, deterioro del comportamiento ciudadano, alteración de la organización social y comunal, y de sus formas de vida, se quiebra el tejido de las comunidades y se da como estrategia de  represión la criminalización de las protestas.

La industria minera ha provocado la división y enfrentamiento, teniendo como consecuencia la casi nula representatividad comunal al interior de las comunidades. Por tal razón las empresas mineras y el gobierno utilizan estos mecanismos, el de la división, la confrontación de las comunidades, junto a los beneficios legislativos e institucionales de acuerdo a los intereses de las empresas mineras, para lograr su objetivo, el despojo de los territorios de las comunidades indígenas.

Cuando se habla de la afectación a otros derechos se hace referencia a derechos como la vida, partición ciudadana, consulta previa, libertad personal, expresión, reunión, integridad personal, salud, vivienda, trabajo, derechos colectivos empobrecimiento ambiental y humano. Se les violenta así mismo su derecho a la información, ya que el gobierno otorga concesiones mineras sin el consentimiento de las comunidades indígenas, o la información sobre las concesiones es manipulada y poco accesible. Ahora bien,

“En cuanto al incremento de procesos de criminalización en contra de defensores de derechos humanos, así como de líderes comunitarios que ejercen su legítimo derecho a la protesta social y a la defensa de sus territorios; estos procesos convierten a las víctimas en victimarios, en enemigos del Estado y hasta la protesta social es calificada como delito de terrorismo”[6]

Por lo anterior se puede observar cómo se criminaliza el derecho a la protesta y el trabajo que hacen los defensores de los territorios, encarcelándolos, persiguiéndolos y hasta privándolos de su vida. Por todo lo anterior, está claro como el sistema de justicia tampoco garantiza el ejercicio de los derechos humanos. Esto es lo que se conoce como marcos normativos laxos, que no garantizan mecanismos preventivos, ni recursos judiciales efectivos para canalizar las denuncias de violaciones de derechos humanos y daños ambientales. Frecuentemente, estas normas entran en abierta contradicción con convenios internacionales de Derechos Humanos, propiciando que los Estados se conviertan en perpetradores de violaciones a Derechos Fundamentales de la población afectada por la actividad extractiva, ya que se encuentran ciertamente en una situación de indefensión, donde el Estado no solamente les niegan el acceso a la justicia, sino que los criminalizan y les cierran las posibilidades para el goce de sus derechos.
Cabe resaltar en este punto que el país que más apoya y promociona activamente su industria minera en el exterior es Canadá. Se habla incluso de la injerencia indebida del estado canadiense y de sus empresas en los procesos legislativos internos de los países en los que estas operan. Un caso claro y factico es el apoyo político y financiero que Canadá brindó a la reforma de la legislación minera en Honduras, luego del golpe de Estado. Este supuesto apoyo se pone en cuestión ya que su apoyo a las reformas legislativas ha perjudicado los derechos de las comunidades étnicas que en la actualidad tienden a desaparecer.

Las comunidades o etnias en Honduras que tienden a desaparecer debido a las anteriores circunstancias en un futuro próximo, son: Los Pech, Los Misquitos, los guarifunas, Los Tawahkas, Los Lencas, Los Tolupanes y Los Chortis.

Ya con la industria minera han desaparecido tres comunidades y ahora amenazan con desaparecer hasta sus muertos al querer sacar oro hasta de los campos santos (los cementerios). Hay un lugar que por más de 200 años, los habitantes de Azacualpa en La Unión, Copán, han tenido la costumbre de enterrar a sus muertos, ubicado en la parte alta de la montaña, donde jamás pensaron que llegaría la maquinaria de la empresa Minerales de Occidente S.A. (Minosa), para despojar a sus muertos. Han tenido que organizarse para oponerse a las intenciones de expansión y desplazamiento que tiene esta empresa.

Empresa Minerales de Occidente hace desaparecer comunidad enteras en Copán

Mina de la empresa Minosa que se ubica donde antes era San Andrés y San Miguel, pero en su afán de seguir extrayendo oro, tiene intenciones de destruir el cerro del cementerio y la comunidad de Azacualpa.
Esta situación se presenta porque el gobierno de Honduras ha sido flexible al otorgar más de 300 hectáreas de tierra para extraer metales a cielo abierto, principalmente oro, a la empresa Aura Minerals de capital canadiense, que opera a través de la filial Minerales de Occidente S.A. (Minosa) desde 2009. Pero en su ambición de seguir extrayendo más oro, ha fijado su propósito sin importarle la  destrucción del cerro del cementerio de la comunidad de Azacualpa.

Lo anterior lo pretende hacer la empresa Minosa  porque es Honduras quien aporta más oro a la empresa canadiense, aunque las autoridades nacionales desconocen el dato exacto, se calcula que la producción de Aura Minerales, tiene una base de recursos actual de más de 1,6 millones de onzas de oro y el potencial de aumentar los recursos es lo que lleva a esta empresa a expandirse incluso a destruir el cementerio de la comunidad Azacualpa.

Ahora bien, es irónico ver como Honduras siendo uno de los países más codiciados por sus yacimientos de oro y plata y que es explotado desde el siglo XVIII, sus habitantes no puedan disfrutar económicamente de esta actividad  y sea de los países con mayor porcentaje de población en condición de pobreza (60%). Siendo el departamento de Copán uno de los más empobrecidos, 15 de sus 23 municipios registran un índice alto de extrema pobreza. Según lo resalta el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). A continuación se presenta el mapa minero de Honduras donde se puede observar los productos metálicos y no metálicos que se extraen de forma indiscriminada.

Cuando se habla de la explotación minera indiscriminada en Honduras, se hace alusión a la explotación de la mina a cielo abierto que trae consecuencias catastróficas para el medio ambiente y para la salud de los habitantes  por ejemplo de la zona de Copán, en los cuales se encuentra la presencia de arsénico, plomo y mercurio en la orina y sangre de las personas, producto de la actividad minera. Y el Estado no es capaz de reconocer hasta que la Secretaría de Salud no sea capaz de avalar el daño que ocasiona la minería en la salud de estas comunidades.

Como si esto no fuera suficiente ya han desaparecido varias cuencas hidrográficas de la zona contaminadas con los químicos que usa Minosa para extraer el oro; por tal razón no es descabellado afirmar que se podría estar presenciando un desastre natural producto de un drenaje ácido de mina, que puede afectar el occidente y el norte de Honduras, ya que se ha ido vertiendo productos tóxicos en los río más importantes de la región.

En Honduras el fenómeno de la extracción minera se ha venido profundizando, especialmente cuando se puso en marcha 25 años atrás el modelo neoliberal basado en la alianza entre los capitales multinacionales con las élites locales que identificaron en los ríos, los bosques, los minerales, el aire y los territorios una fuente segura para la producción de capital. En los últimos años, particularmente, a partir del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, los promotores y ejecutores de este modelo neoliberal ha dejado en un segundo plano la vida digna de las comunidades presentes en los departamentos donde hay concesiones, logrando que se aprueben paquetes legislativos que legalicen la práctica de extracción minera. Lo que ha lleva a que en 16 de los 18 departamentos de Honduras haga presencias estas empresas mineras.

De este modo, retomando el caso de la comunidad Azacualpa, la población se ha organizado para defender la vida, y desde 2013, iniciaron una lucha para denunciar los daños provocados por las excavaciones que realiza la empresa en su misión de extraer oro de la zona. Y para frenar al mismo tiempo las intenciones de exhumar más de 250 osamentas con el fin de obtener la licencia ambiental y proceder a explotar el área del cementerio. Como no se ha respetado este campo santo la población de Azacualpa mantuvo una toma permanente de 36 días en la entrada principal al cementerio comunal. Durante esta acción la comunidad fue víctima de represión por parte de los órganos de seguridad del Estado, demostrando una vez más estar de parte de los poderosos del país, lo denuncio el Comité Ambientalista de Azacualpa. Lamentablemente si estas comunidades protestan los criminalizan o los matan.

El gobierno de Honduras a pesar de conocer las cifras de los asesinatos de defensores, del daño y destrucción del ambiente, del desplazamiento de familias, de la criminalización, de hostigamientos y de las amenazas en contra de los líderes comunitarios, éste continúa promoviendo la minería como la única alternativa para desarrollar las comunidades.

Propuestas cambio.
·         La Comisión Interamericana considera que es fundamental que exista y se implemente en el pueblo de Honduras unas políticas públicas que aborden las necesidades de los pueblos indígenas y afrodescendientes, en particular, la marginalización socioeconómica a través de medidas efectivas que combatan la extrema-pobreza y mejoren la educación y el empleo.
·         Las políticas públicas relativas a los pueblos indígenas y afrodescendientes deben ajustarse a sus necesidades y preocupaciones y deben ser consultadas con estos grupos. Así mismo, el Estado debe intensificar sus acciones para respetar y garantizar las tierras, y adoptar las medidas estatales necesarias para cumplir con su obligación de garantizar una consulta previa libre e informada a los pueblos indígenas sobre los proyectos desarrollados en sus tierras, territorios, y que afectan sus recursos naturales, tomando en consideración la especial relación entre estos pueblos con los recursos naturales.

·         Adoptar acciones pertinentes para asegurar que las actividades que realicen la Policía y Ejército Nacional en las actividades de la defensa de pueblos y comunidades indígenas de sus territorios ancestrales y el ejercicio de sus derechos, vayan de acuerdo con las funciones que les competen en un sistema democrático y en cumplimiento de los estándares interamericanos sobre los derechos humanos.

Ahora bien, para finalizar este análisis crítico de las implicaciones de las políticas mineras en los derechos humanos, las propuestas de cambio no debe ser solo para que el Estado hondureño las lleve a cabo, además de esto se deben formular unas propuestas de cambio en las comunidades y defensores de DDHH para hacer efectiva la reparación de los daños ocasionados por la minería a los indígenas y afrodescendientes. Estas podrían ser[7]:


1.         Educación, formación y movilización a la población para promover la participación ciudadana como mecanismos no formales de presión contra los gobiernos (ejercicio del control informal).

2.         Denuncia pública por la ciudadanía ante la falta del cumplimiento de los Estados de las Resoluciones dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte.

3.         Crear una red de organizaciones regionales para compartir experiencias, acompañar denuncias y dar alerta de violaciones a Derechos Humanos.

BIBLIOGRAFIA
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Situación de derechos humanos en Honduras. 2015

CRUZ, Rivas Carmen Yadira. Orígenes Mineros de Tegucigalpa y alrededores a través de la literatura hondureña.
INFORME_AUDIENCIA_MINERA. EN LATINO AMERICA. Situación de los derechos humanos de las personas afectadas por la minería en las Américas y responsabilidad de los Estados huéspedes y de origen de las empresas. 2013. PDF






[1] Es un concepto bastante complejo en su definición y apreciación, pero para este trabajo lo consideró como un proceso político y material que aumenta el poder del individuo y del grupo, su resistencia y su capacidad de actuar por sí mismos.
[2] Cfr. CRUZ, Rivas Carmen Yadira. Orígenes Mineros de Tegucigalpa y alrededores a través de la literatura hondureña. Pág. 30-31
[3] Ibíd.

[5] Informe_audiencia_minera. EN LATINO AMERICA 2013. PDF
[6] Ibíd. Pág. 7

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